Stefano Gabbana y Domenico Dolce, con Madonna, en el 2009.
Las agujas del prêt-à-porter italiano fueron sospechosas de fraude al Estado italiano por su imprecisión en sus declaraciones de impuestos. Además, los investigadores sospechan que la empresa de los modistos creó una sociedad fantasma en Luxemburgo en el 2004, que aparecía como propietaria de algunas marcas del grupo.
Por eso, las ganancias derivadas de la explotación de la firma tributaban en el extranjero y no en Italia donde los diseñadores deberían haber pagado los impuestos. .
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